La crónica de Teleferro:
        Esta vez sin la presión de 
        las cámaras, y con la baja importantísima de Rifi por lesión (por 
        confirmar alcance), Steaua Sabemal y Patadón al Esternón comenzaron con 
        planteamientos muy diferentes pero ambos válidos. El conjunto steauense 
        apostó por el buen trato al balón y el ataque con jugadores como Ibi, 
        Lazzarinni, Iñiguez, etc. ..., mientras que los patadinos presentaron un 
        sistema ultra-defensivo, comandados por el Onubense y Antuan en la 
        contención. 
        
        Así, en un contraataque, el 
        Patadón sorprendía y se adelantaba en el marcador, manteniendo este 
        resultado durante muchos minutos en los que el equipo de azul se 
        estrelló contra el muro rojo, que logró ponerse con un 0-3 que parecía 
        inamovible. 
        
        Una mano, sin mucho 
        sentido, de Antuan al borde del área, propició un libre directo que 
        transformó Robe en dos ocasiones, tras mandar repetir el Sr. Rodriguez 
        Santiago y mostrarle la única tarjeta amarilla del encuentro. Esto fue 
        el desencadenante de los cinco minuto gloriosos del Steaua que se vio 
        con el 3-3 en un abrir y cerrar de ojos. 
        
        El espejismo duró poco, ya 
        que el Patadón se deshizo de la presión y rubricó su victoria con dos 
        goles más, el último casi sobre el apagón, al aprovecharse Deivid de un 
        error en la entrega y disparando con la serenidad que le caracteriza.
        
        
        Al final, 3-5 en el 
        luminoso, resultado que pudo haber caído del lado steauense de no haber 
        sido por el internacional Katana que como siempre paró lo imparable y 
        falló lo infallable. En general, magnífico encuentro por parte de todos 
        los presentes.
        
        La crónica de vitoriatoday:
        Cuando no puede ser, no 
        puede ser, y además es imposible. No se puede resumir de forma más clara 
        lo acaecido en el encuentro de la semana. Un bien ordenado Steaua echó 
        por tierra cada uno de los bien encaminados intentos del Patadón, unas 
        veces gracias a su buena defensa y otras gracias a la contundencia que 
        día tras día caracteriza a jugadores como Antuan.
        Pero la buena defensa suele 
        ser baldía si no se cuenta con otro tipo de jugador más técnico, con 
        mejor manejo del balón, que sepa conducir los contraataques y 
        finiquitarlos con el balón en la red. Ese tipo de futbolista, dígase 
        Deivid o Debutantez, tuvieron una actuación también destacada, llevando 
        el peso del partido y haciendo subir goles al marcador hasta el 3-0 del 
        minuto 30.
        Con este marcador se vieron 
        los azulados y no tuvieron más remedio que jugárselo a todo o nada, pero 
        unas veces la mala suerte y otras la excepcional actuación del odioso 
        (cuando no está en tu equipo) Katana, fueron haciendo inútiles los 
        intentos de los Sabemalinos. La jugada que enderezó el rumbo del Steaua 
        fue una falta en la que por dos veces Robe batió la meta defendida por 
        Katana con dos zurdazos bien colocados.
        Este gol dio alas a su 
        equipo y en un pis-pas empató el partido, a falta de 10 minutos para el 
        final. Pero la bestia no estaba muerta, sino dormida, y el Patadón 
        consiguió en dos jugadas gemelas el 4-3 y postrero 5-3 que daban a los 
        colorados el triunfo final.
        A destacar la actuación de 
        la mayoría de los jugadores Patadinos, con excepción del Onubense, que 
        tras la gran actuación de la semana anterior se ha dormido en los 
        laureles y está más pendiente de la renovación que de seguir triunfando 
        en los terrenos de juego.
        Por el bando rojillo como 
        siempre la pelea de Lazarinni, la calidad de Aitorez, Iñiguez o Robe  
        y la "ausencia" de Ibi.
        
         Parte médico:
  Parte médico: 
        
        Al mariquita de Rifi le 
        duele un dedito de la mano y por eso no vino a jugar.